Tan pronto, tan posible

Curada por Mercedes Reátegui
(Descargar Nota de Prensa)

Sobre llanuras azules incólumes al tiempo es posible discernir rastros de actividad humana. Estas huellas, que parecen aludir a un proceso de terraformación espacial, señalan cierta inclinación hacia una estética de futuridad arqueológica. Para la elaboración de las pinturas, John Huamani parte de imágenes de Google Earth de una fábrica de cemento ubicada en Villa María del Triunfo: un lugar de industria periurbana cerrado al público, pero inspeccionable mediante plataformas virtuales de “acceso abierto”. En pinturas de pequeño formato, el artista parte de renders arquitectónicos de centros comerciales emplazados en los conos de la ciudad—imágenes recuperadas de las fachadas de obras de construcción y los medios de comunicación que las publicitan—y elabora retratos nocturnos de las estructuras. Las perspectivas arquitectónicas a dos puntos de fuga, el realce de las volumetrías constructivas y la abstracción del edificio respecto de lo urbano son estrategias representacionales de la arquitectura moderna que Huamani traslada a sus pinturas. Una luz artificial permite entrever interiores desocupados y un resplandor atenuado advierte el entorno desolado que rodea a los centros comerciales. La inquietante desaparición de la vida social en lugares altamente concurridos encuentra un paralelo en la desaparición del pasado—como experiencia y como visibilidad—en una pieza que muestra un monumento apenas perceptible en la oscuridad de la noche. Huamani toma como referencia un monumento público erigido en memoria del conflicto armado anteriormente ubicado entre los distritos de Villa María del Triunfo y Villa el Salvador, el cual fue demolido irregularmente y durante altas horas de la madrugada por la administración municipal de turno.

El mito de la renovación urbana se despliega en la obra de Huamani como un imaginario donde habita el poder constituido, organizando la producción del espacio y la sociabilidad popular de las áreas de expansión urbana surgidas como resultado de las migraciones internas del siglo XX. Según Danilo Martuccelli, un imaginario cada vez más orientado hacia un proyecto reglamentador dominante que regula diversos aspectos de la vida social y política de la ciudad. Huamani utiliza métodos artísticos para reconocer las lógicas de privatización, especulación y uso del suelo que se imprimen en la experiencia subjetiva de lo urbano. Mediante derivas urbanas y virtuales, así como exploraciones alrededor de la circulación mercantilizada de imágenes arquitectónicas (imágenes “utópicas” a fin de cuentas), las obras permiten una reflexión sobre la experiencia de fragmentación espacial y temporal—formas específicas de abstracción del espacio urbano—que complican la inserción cognitiva del sujeto en las “nuevas Limas”.

Más allá de jugar con diferentes aspectos formales de la infraestructura de la ciudad, las obras reunidas pueden interpretarse como instancias de deseos atravesados y conflictuados por un horizonte de implacable liberalización y un arraigado proceso de borradura de la memoria nacional. Lo que se erige a partir de ello es una ciudad donde el pasado ha sido eliminado y la orientación sin control del capital establece sus propias formas de abstracción y simulación; escenas donde el convenio social queda borrado, sustituido por extensiones de tierra erosionada y lugares de hiperconsumo confinados en un limbo temporal. A través de sucesivas experimentaciones sobre el espacio urbano, la obra de Huamani nos permite reflexionar sobre las fantasías de la interconexión “sin fricciones” de la urbanización del capital, así como sobre la forma enigmática que dichas fantasías toman en la figuración.

—Mercedes Reátegui