Otras divisas de Jimena Chávez Delion explora, mediante una serie escultórica (in situ y portable), los flujos, las transacciones, la deuda, el entorno corporativo y los signos presentes en intercambios económicos precisos, fenómenos que espejea con sitios concretos, experiencias contrarias y restos de precariedad. Ante la promesa de la inmediatez, la rapidez, la conectividad y la instantaneidad que el régimen neoliberal ha impuesto, la artista limeña repara en condiciones y espacios transversales a dicho sistema, existentes al interior de las sociedades neo-coloniales contemporáneas.
La exposición subraya formas de intercambio económico presentes en contextos específicos y sus derivaciones simbólicas. Un primer ambiente evidencia las formas del habitar comercial y corporativo situado: un reloj con formularios para depósitos internacionales o remesas, una banca geométrica decorada con un diseño representativo de cualquier bus regional y una discreta silueta que funde una figura humana con un signo del cambio monetario. Un segundo momento está dedicado a los formatos exclusivos del comercio callejero, del locutorio en extinción y de otros locales en resistencia, reformulados bajo nuevas estructuras materiales y simbólicas.
El modelo financiero determinó condiciones espacio-temporales sustentadas en transacciones inmateriales, generales y abstractas. No obstante, la naturaleza de las economías “desde abajo” de la región americana contraponen (ya de forma histórica) una condición alterna para asimilar el paso del tiempo, la organización del trabajo y las transacciones cotidianas, aspectos que la teórica argentina Verónica Gago o la autora fronteriza Sayak Valencia han expuesto ampliamente. En esta muestra las formas absurdas de las compañías de servicios y la espera reaparecen y contradicen dicha promesa. Inciden directamente en aquel régimen u ordenamiento del mundo instaurado por la economía global, con el objetivo de hacer visible las microeconomías y una geografía redibujada por la migración. Estas obras actúan como un truco frente a la oferta: hacen táctil al signo o redirigen la señalética, estrategias que re-programan un planteamiento político- económico.
En nuestras ciudades del sur las tiendas Moneygram, Western Union o Elektra conviven con las formas de distribución de los comercios informales o con sofisticados aparatos de exhibición para los productos callejeros. Por ello, la exhibición apunta a una subjetividad política o condición de las subjetividades populares, aquellas que operan al interior de los modelos inestables de circulación. Un elemento clave resulta el juego con la materialidad, a través del cual Chávez Delion sintetiza y reutiliza diversos referentes. Una condición artesanal que detona capas de sentido y la restitución de ciertos procesos, donde el uso de la cerámica, la piel y el plástico resulta fundamental para re-semantizar ciertos códigos enfrentados entre sí: marcas corporativas, flechas y diagramas para divisas, o puertas modulares que se enfrentan a arquitecturas corpóreas y otros formatos arcaicos. Así, genera una suerte de extrañeza, al mismo tiempo que una familiaridad, para los cuerpos que constantemente habitamos y atendemos a estos intercambios.